El otro día a través de Instagram me preguntaron por la mesa de madera sobre la que hacía las fotos,
me di cuenta que la empleo mucho, mucho...muchísimo, como fondo para las fotos
La tengo desde el año 2012;
por aquel entonces fui enseñando cómo la arreglamos para convertirla en
"nuestra mesa bobina"
os lo cuento ¿vale?
Varios años atrás, cuando vi este tipo de mesas en el taller de una tienda de Barcelona
me enamoré perdidamente de ella.
Así que no paré hasta conseguir una de las dimensiones que "necesitaba"
Después de bastante tiempo de búsqueda, llegó, por fin, a casita;
la lijamos, teñimos y barnizamos
Pero necesitaba algo que la hiciera más personal......
que la hiciera conectar con el entorno y nuestro modo de entender las cosas
Pensé en su forma circular y me recordó los fotogramas de las pelis.
Cámara en mano preparamos dos secuencias de movimiento
que tuvieran en común el hecho de superar los obstáculos que aparecen en nuestro camino
(os enseño la del salto)
Cada tabla de las 22 del pie de la mesa, sirvió para plasmar un "fotograma" del movimiento,
de manera que si giramos alrededor de la mesa vemos una secuencia sin fin.
Para completar el conjunto diseñamos una bandeja giratoria con letras en bajorrelieve,
Pero al ponerla sobre la mesa......¡¡ñesplis!! no me gustaba el efecto....
No problem, hicimos otra con puntitos en bajorrelieve,
y ésta la pusimos en la pared en plan "lema a seguir"
(o "declaración de principios"...que queda más bonito....)
Pintamos la nueva bandeja en acrílico y vidriado azul, y la rematamos con washi tape
Mejor ¿verdad?
Y así fue como este elemento se convirtió casi, casi en el centro del taller,
que nos sirve tanto para comer, como para fondo de las fotos, como para echar un parchís.
Tanto nos gustó el asunto, que añadimos una segunda bobina más peque.
pero su cambio de imagen, si queréis, os lo cuento otro día ¿vale?
Un besote y feliz miércoles